Schubert. Breve biografía y datos curiosos de su vida.

En este post os voy a hablar sobre el genio de las canciones y de las preciosas melodías: Franz Schubert. Figura clave del Romanticismo, con una vida sencilla y rodeándose de los suyos.

Breve biografía de Franz Schubert

Austriaco con una familia de músicos y que, sobre todo, valoraba la amistad por encima de cualquier otra cosa. A edades tempranas recibió clases de violín por parte de su padre y tocó en su cuarteto familiar junto con sus hermanos.

Tras componer sus primeras obras, Schubert acompañó a su padre en su escuela para dar clases de música a los alumnos más jóvenes. Este trabajo no le motivaba nada, aunque mientras tanto aprovechó para dar lecciones privadas con Antonio Salieri que se había interesado en él. 

Intentó en varias ocasiones dedicarse a grandes proyectos escénicos, los cuales pronto se olvidaron. Muchas de sus óperas no triunfaron debido al nuevo interés en las óperas de estilo italiano de compositores como Rossini.

Sin embargo, Schubert cuenta con una enorme producción de lieder.

Un lied (cancion, en alemán) hace referencia a una canción lírica, donde se pone música a la letra de un poema y, generalmente, está destinada a la interpretación de voz solista y piano.

Es importante señalar que este tipo de composición es breve y renuncia al virtuosismo típico de la ópera (bel canto). Diciéndolo con otras palabras y simplificando, tiene una forma similar a las canciones que podemos escuchar hoy día en la radio, solo que éstas florecieron en el Romanticismo, allá por 1800 en adelante…

Retrato de Franz Schubert
Franz Schubert (Retrato realizado por Wilhelm August Rieder, 1875, a partir de una acuarela original de 1825).

En sus últimos años de vida fue especialmente prolífico y gran admirador de Beethoven, de hecho, el año que murió el compositor alemán, Schubert ofreció por única vez en su carrera un concierto público de sus propias obras.

Entre sus composiciones destacan sus sonatas para piano, Sonata arpeggione, Fantasía para piano a cuatro manos, importantes sinfonías (La grande, La inacabada) y sus grandes ciclos de lieder: La bella molinera y Viaje de invierno.

Murió a los 31 años (1797-1828) y fue enterrado, a petición propia, cerca de la tumba de Beethoven, en Viena.

Schubertiadas

Como os comentaba anteriormente, si había algo que Schubert valoraba enormemente, eso era la amistad. Sus amigos fueron su gran apoyo en la ciudad y ayudaron a recopilar, promover y preservar su obra. Además, le acogían en su casa cuando Schubert pasaba por alguna situación económica complicada.

A principios de 1820, sus amigos asistieron y promovieron las veladas musicales que han pasado a la historia con el nombre de “Schubertiadas”.

Moritz von Schwind con su círculo de amigos durante una schubertiada en 1868
Moritz von Schwind retrató a su círculo de amigos durante una schubertiada en 1868

Comenzaron siendo reuniones donde los amigos disfrutaban de la música del compositor y, a menudo, de la voz del cantante Johann Michael Vogl. Estas reuniones fueron avanzando hasta ser un punto de encuentro de intelectuales y artistas de la época, que se daban cita para comer, beber, charlar y escuchar la música de Schubert. Era un marco ideal para el estreno de sus canciones, que en ocasiones desembocaba en una fiesta de baile entre los asistentes.

Estas schubertiadas se realizaban en casas de algunos de los amigos o en los cafés vieneses. Esto nos hace una idea de lo que Schubert era: huía de la etiqueta nobiliaria, las grandes salas de conciertos, prefiriendo las tabernas y un ambiente más popular. Se puede decir que era un auténtico bohemio, influenciado por los ideales del Romanticismo.

Óleo de una Schubertiada
Óleo de Julius Schmid de 1897

Como dato curioso, en la actualidad se siguen realizando veladas musicales bajo la denominación de schubertiadas. Se trata festivales organizados en torno a la música, como el de Ettlingen (Alemania), Biena (Suiza), o en Vilabertran (municipio cerca de Barcelona), entre otros.

Una curiosidad un tanto desconocida de Schubert

Schubert compuso gran cantidad de obras sacras a pesar de ser agnóstico. Seguramente os venga a la cabeza el famoso Ave Maria. Pues bien, en contra a lo que se cree de manera extendida, Schubert no puso música a la tradicional oración católica. Realmente se trata de un lied compuesto en 1825 titulado Ellens dritter Gesang(Tercera canción de Ellen, en español). Es una canción basada en el poema de Walter Scott (La dama del lago), en la que se narra cómo Ellen va con su padre a refugiarse a una cueva, en medio de las luchas entre clanes escoceses. Allí, Ellen canta una plegaria a la Virgen María, de ahí que el primer verso sea Ave Maria. Posteriormente, se extendió la idea errónea de que el compositor austriaco realizó un arreglo musical para la oración católica. Su letra original es esta:

OriginalTraducción
Ave Maria! Jungfrau mild,
Erhöre einer Jungfrau Flehen,
Aus Diesen Felsen starr und wild
Soll mein Gebet zu dir hinwehen.
Wir schlafen sicher bis zum Morgen,
Ob Menschen noch so grausam sind.
O Jungfrau, sieh der Jungfrau Sorgen,
O Mutter, hör ein bittend Kind!
Ave Maria!
Ave Maria! Unbefleckt!
Wenn wir auf diesen Fels hinsinken
Zum Schlaf, und uns dein Schutz bedeckt,
Wird weich der harte Fels uns dünken.
Du lächelst, Rosendüfte wehen
In dieser dumpfen Felsenkluft.
O Mutter, höre Kindes Flehen,
O Jungfrau, eine Jungfrau ruft!
Ave Maria!
Ave Maria! Reine Magd!
Der Erde und der Luft Dämonen,
Von deines Auges Huld verjagt,
Sie können hier nicht bei uns wohnen.
Wir woll’n uns still dem Schicksal beugen,
Da uns dein heil’ger Trost anweht;
Der Jungfrau wolle hold dich neigen,
Dem Kind, das für den Vater fleht.Ave Maria!
¡Ave María! Virgen piadosa,
Escucha el ruego de una doncella,
Desde esta roca rígida y salvaje
Mi oración llegará a ti.
Dormimos protegidos hasta la mañana,
Aun si los hombres son tan crueles.
Oh Virgen, mira las penas de la doncella,
¡Oh Madre, escucha a una hija suplicante!
¡Ave María!
¡Ave María! ¡Inmaculada!
Si sobre esta roca caemos
En sueño, y tú nos proteges bajo tu manto,
La dura piedra nos parecerá suave.
Sonríes, y el aroma de las rosas flota
Sobre este abismo sin aire.
Oh Madre, escucha la súplica de una hija,
¡Oh Virgen, una doncella te llama!
¡Ave María!
¡Ave María! ¡Servidora pura!
Los demonios de la tierra y el aire,
Ahuyentados del favor de tus ojos,
No pueden vivir aquí con nosotros.
Queremos someternos tranquilos al destino,
Puesto que tu consuelo sanador sopla sobre nosotros;
Ten piedad de inclinarte hacia la doncella,
Hacia la niña que suplica por el Padre.¡Ave María!

En este vídeo podéis escuchar la letra original de esta famosa melodía:

Espero que este post os haya desvelado alguna de esas facetas más desconocidas de este gran compositor, o que al menos os haya hecho de pasar un buen rato leyéndolo. La genialidad de Schubert y el manejo magistral que hace de la melodía, sobre todo en sus lieder, darían para varios posts más.

Os aconsejo escuchar sus ciclos de canciones.

Miguel Rodriguez

Director, divulgador musical y pianista.
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