¿Cómo mantener el interés de los músicos y atraer nuevo público a tus conciertos? Con un grupo musical consolidado, es el momento de explorar nuevos repertorios. Para ello, el musical y la zarzuela son buenas opciones.
En este post continuamos con la serie Música en los pueblos sobre temática de emprendimiento musical. Sigue leyendo para coger nuevas ideas para tu agrupación y para ser más efectivo atrayendo público.
El musical
En la coral ya habíamos ofrecido conciertos combinando partes a capela con obras instrumentales. También, nos habían surgido nuevos eventos debido a nuestra consolidación como asociación cultural. La adquisición de nuevos recursos que habíamos hecho, como un equipo de sonido, nos permitió explorar nuevas variantes para la actuación. El contar con artistas invitados en los conciertos y seguir probando nuevos reportorios muy diversos se convirtieron en algo habitual.
Siempre que tu proyecto esté en marcha tienes que alimentarlo con nuevas ideas y probar nuevos métodos para llevar a cabo. Con los primeros ingresos económicos es conveniente que inviertas en nuevo material como carpetas nuevas, organizar los desplazamientos a otros lugares, etc.
Seguro que recuerdas la experiencia del “teatro musical” de la que te hablé en el post anterior. Pus bien, la idea de hacer un musical en el pueblo ahora la veía más viable. Con el compromiso de la coral y con la ayuda del grupo de teatro local. Aún no podía mover a una orquesta o banda que nos acompañara, pero contábamos con el equipo de sonido. Ya sé que no es lo mismo y soy gran defensor de la música en directo en contraposición a la “enlatada”, pero todo a su debido tiempo.
La idea consistía en representar un musical en el pueblo, algo que se había hecho mediante compañías de teatro “forasteras” (término muy de pueblo). En ellas, quitando la parte hablada, todo era grabado, tanto la música como las voces. Sin embargo, el objetivo que quería conseguir era intentar hacer la parte vocal por nosotros mismos y abrir las puertas a un nuevo repertorio muy bien acogido por todo tipo de público.
Aunque tus ideas tiendan a convertirse en grandes eventos tienes que saber dosificarlas con los recursos que tienes a mano. A veces, ir haciendo proyectos por fascículos es una buena alternativa para generar el interés de los integrantes de tu agrupación y en el público. Hay que plantearlos más seriamente pasado el tiempo.
Nuestras posibilidades nos permitirían hacer un pequeño arreglo del musical de Los Miserables (que fue por el que me decanté). Acompañados por una base instrumental que se emitiría por el equipo de sonido nuevo. Barajé la opción de introducir partes habladas que permitieran al espectador a seguir mejor la historia, pero siendo realistas necesitaríamos la ayuda del grupo de teatro que supliera esta limitación. Hablándolo con la directora de teatro local, creímos conveniente dejar esta opción para más adelante e intentar hacer el musical entero (eso de los fascículos que te decía antes).
Ella me propuso que podíamos hacer solo el arreglo de los temas más conocidos del musical, pero introduciendo una pequeña puesta en escena en el espectáculo. Los cantores tendrían que sacar a relucir sus dotes de “actores” sobre el escenario. Fue una tarea muy complicada… los más reticentes no dudaron en clamar al cielo: ¿Estás loco? Yo no me voy a mover en el escenario. Siempre fui optimista con que lo conseguirían hacer y desde un principio les motivé depositando mi confianza en ellos.
Siempre hay que tener plan B y, si me apuras, plan C. Estudia las variantes posibles y apuesta por la más realista sin renunciar a la idea original.
Deposita confianza en el grupo, motívales y transmite las ventajas de hacer un determinado proyecto.
Así fue. Tras una ardua tarea de convencerles y con la ayuda de la directora de teatro, conseguimos obtener el sí unánime del grupo para aventurarnos al nuevo proyecto.
Si te interesa este musical, te dejo por aquí el enlace a la partitura de la selección de temas de Los Miserables.
Puesta en escena del musical
Fue muy divertido. Los ensayos cambiaron por completo para dar espacio no solo al canto, sino también a “la coreografía” en el escenario. Junto con la gran ayuda del técnico de luces, el espectáculo quedó perfectamente en sintonía con la historia de Los Miserables (incluso se ondeó una bandera de Francia en la parte final).



En cuanto al vestuario, normalmente la coral hace sus actuaciones vestidos de negro. En esta ocasión planteamos acceder a trajes acordes a la época que contextualizaba la obra de Víctor Hugo. No obstante, al tratarse solo de un arreglo cortito de la obra, decidimos hacerlo de manera más sobria y vestirnos “de concierto” recurriendo al negro habitual. Si como yo te has educado en el ambiente de conservatorios donde el color negro tiñe todos los conciertos y audiciones, no tengas miedo en saltarte esa norma no escrita y valorar cambios en la puesta en escena.
Se supone que el color negro siempre transmite elegancia y focaliza el protagonismo en la música y no en el intérprete. Sin embargo, a veces puedes recurrir a variar el vestuario. Para generar más conexión con el público o que concuerde mejor con el espectáculo que vas a realizar.
Resumiendo, cuida todos los detalles de lo que presentas públicamente. No solo lo musical, sino también el vestuario, las luces que necesitas, el tratamiento al público al entrar a la sala, el diseño de los programas de mano… Esto es algo a lo que dejo un espacio en la preparación del concierto, sobre todo actualmente, en los que hago con el dúo de violín y piano del que soy partícipe y del que te hablaré más adelante. Siempre puedes pedir ayuda a diseñadores gráficos para tus programas y carteles (esto es como lo que dicen en la cocina moderna… es importante que entre bien por los ojos).
Repertorio de zarzuela
Con respecto a lo último que te he comentado del vestuario, vi una clara ocasión de probarlo inmiscuyéndonos en un repertorio que es fácil para el oyente: La zarzuela.
He tenido la ocasión de acompañar con el piano obras del género chico en varias ocasiones, tanto a solistas como a otros coros. Esto me permitió lanzar la propuesta de hacer algo de este repertorio con la coral en uno de los encuentros que teníamos previstos.
El hándicap de moverse por el escenario ya no les causaba rechazo a los integrantes, debido a que lo habían experimentado satisfactoriamente en el arreglo que hicimos del musical. Centré la atención en apostar por un vestuario adecuado para las obras que había seleccionado para dicha ocasión, proponiendo trajes de chulapos y chulapas y de “doctores de perros”, entre otros.
Accedieron sin problemas y se acicalaron con tan castizas galas. Nos lo pasamos en grande y se pudo transmitir muy bien la picaresca tan implícita de este repertorio español, haciendo reír al público.
Muchas veces la idea que se quiere transmitir te va dictando los recursos que necesitas, como es el tipo de vestuario.
En el trascurso del concierto los acompañé con el piano, omitiendo por esta vez la dirección musical. En los ensayos solventamos este problema. Ten en cuenta que, la mayoría de coros de zarzuela son al unísono o haciendo una división entre voces femeninas y masculina.



Apuesta por nuevas ideas
Al igual que nos pasó con el musical, nos quedamos con ganas de intentar montar una zarzuela completa contando con un elenco de actores y solistas. Esto lo dejaremos como una propuesta a futuro.
Tras todas estas experiencias probando nuevas formas de concierto, la coral ha ido ganando repertorio del que tirar para futuros eventos. Lo más reseñable es que, gracias a estas pruebas, ahora sabemos qué estilos musicales nos van mejor y cuáles de ellos introducir en cada situación.
No sabes si algo puede funcionar, hasta que lo pruebas.
Pronto nos surgiría un evento que me hizo plantear un repertorio que funcionara con gran porcentaje de éxito y que pusiera la coral al límite de sus posibilidades, pero eso lo dejamos para el siguiente post.