Objetivo: certamen. La importancia del liderazgo.

Hoy te voy a contar como conseguimos hacernos con nuestro primer premio en la coral . En este post leerás sobre cómo decidimos presentarnos a un certamen y lo importante que es el liderazgo en una agrupación musical.

La verdad es que, si al principio me hubieran dicho que competiríamos con otras corales de grandes ciudades teniendo oportunidad a un premio, me lo habría tomado a broma.

Para mí, el éxito ya había sido poner en marcha el proyecto en su día y establecer un grupo de personas, a los que les gustaba la música clásica cada vez más.

  • Nunca renuncies a ideas que, a priori, resultan lejanas o inalcanzables. La constancia irá mostrándote que esos objetivos se pueden conseguir o, al menos, generar alternativas muy interesantes para tu crecimiento profesional y personal.

Al público le encantó y los integrantes del coro reconocieron que, por abrirse ante nuevas experiencias, disfrutaron mucho del resultado.

Esto hay que trabajarlo poco a poco posicionándote como líder, no solo como director musical.

Liderazgo

Ya que te lo acabo de mencionar, me gustaría hablarte un poquito sobre este punto imprescindible en toda agrupación musical o proyecto que lleves a cabo.

Un líder, a diferencia de un jefe, motiva a su grupo de personas en búsqueda de unos beneficios comunes. Tienen que ver en ti un referente que les de la confianza necesaria para poder realizar un determinado proyecto.

Esto no viene de serie y hay que trabajarlo constantemente. Puedes recurrir a la ayuda de personas con experiencia o a coach profesionales.

En mi caso, tras llevar durante años la coral, la dirección musical se ha convertido en una de las pasiones y, actualmente, estudio bajo la tutela de un maestro director de orquesta.

Te lo mencioné en los primeros posts de este blog: los mismos proyectos en los que te embarcas pueden ir marcándote puntos muy importantes en el camino que quieres seguir en tu vida, en este caso plantearme la dirección orquestal como un objetivo a perseguir.

En el mundo creativo hay una constante formación que te puede llevar a conocer profesiones que antes no te planteabas y que pasan a formar parte de tu ser. Sé abierto a estas “nuevas puertas que se abren” y busca personas referentes en el campo que te interesa.

Pues bien, algunos consejos que he podido aplicar, en cuestión al liderazgo, los he ido experimentando a base de prueba-error con la coral y otros los he conocido de primera mano gracias a mi maestro:

  • Empatiza con las emociones de las personas a las que te diriges, pero mantente firme en tus objetivos.
  • Explica los beneficios que supondrá realizar un determinado proyecto, a pesar de las dudas iniciales que se generará en tu grupo.
  • Déjate llevar por la pasión que te genera cada proyecto (esas cosas se notan y motivan al grupo). Con otras palabras, tienes que inspirar.
  • Sé consecuente con lo que quieres conseguir, mostrándote como un referente en todo momento. Si dudas, es mejor consultar con alguien que te aconseje, que plantear esas dudas al grupo.
  • Ten claro que lo que pasa en el ensayo se queda en el ensayo. No mezcles lo musical o profesional con lo personal. Este punto es importante porque muchos de los integrantes no consiguen hacer esta separación, aun menos en un pueblo. Por ejemplo, puedes echar la bronca por algo que no se está realizando de la manera correcta, pero tomarte una caña al salir del ensayo con esas personas.

Sobre este último punto me gustaría decirte que, a lo largo de nuestra trayectoria ha habido conflictos y no pasa nada, es algo normal. Piensa que el director, al igual que el entrenador de un equipo, es en quien van a plasmar sus quejas, frustraciones y al que antes van a criticar.

Tú, simplemente, piensa que esto va a pasar y que, manteniéndote firme en tus propósitos, los irás llevando poco a poco a tu terreno. Es importante la honestidad y la empatía, pero sobre todo hacia aquellas ideas que llevas tiempo diseñando.  

Objetivo fijado

El estar estudiando dirección con uno de los mejores y el bagaje de los años que llevaba frente al coro, así como el apoyo mostrado hacia mí por la junta directiva de la coral, me hicieron plantearme seriamente la posibilidad de presentarnos a un certamen nacional de canción castellana, que (aunque en el pueblo vecino) contaba con la participación de corales de ciudades grandes con más trayectoria que nosotros.

Presentamos la candidatura para la preselección. En las bases pedían una obra obligada para la ocasión y un repertorio íntegramente a cuatro voces mixtas sin ayuda instrumental.

El riesgo que percibí en esta primera etapa fue el no dar la talla en cuanto a la calidad del sonido coral y la dificultad de la obra obligada. Nuestro repertorio cambiante de los últimos años hacía que el conseguir ese trabajo fino en las voces no fuera tarea fácil.

Recuerdo perfectamente que ese verano fue de los más intensos que hemos vivido en la coral. Yo disponía de más tiempo en el pueblo al estar de vacaciones no lectivas, así que organicé la temporada en tres ensayos semanales.

Desde un principio marqué las cuatro obras que llevaríamos al certamen como prioridad, aunque tuviéramos otros eventos y actuaciones. En los ensayos busqué la productividad basándome en las enseñanzas que estaba recibiendo de mis estudios de dirección.

Lucha hasta el final por el objetivo que persigues hasta el punto de hacer al grupo partícipe de que lo van a conseguir.

La verdad es que me apasionaba mover este evento y en los ensayos comenzamos a plantearnos cuestiones que nunca antes habíamos tenido ocasión. Ya no solo se trataba de conectar con el público o conseguir salvar un tema decentemente, sino que la búsqueda del refinamiento y la calidad de la interpretación se convirtieron en mi mantra. Todos aprendimos mucho de este proceso y descubrimos que los retos unen mucho más de lo que parece.

Los retos son necesarios para una agrupación y también a nivel personal. Hasta que no te pones a ello no conoces realmente tus limitaciones y/o posibilidades. Nunca se me olvidará una frase de un querido profesor mío: igual siempre idealizas tus objetivos porque tienes miedo a ponerte a ello y darte cuenta de tus limitaciones y no conseguirlos.

De aquí se puede sacar en claro que, de nada sirve llenar la cabeza de ideas que crees que puedes realizar si no te pones a comprobarlo (no tiene por que ser siempre negativo, de hecho, muchas veces te sorprenderás).

El certamen

Llegó el día señalado en el calendario… alea jacta est. Los nervios de todos estaban a flor de piel y en esos momentos tenía que llevar la iniciativa. Les pedí que, mientras las otras corales actuaban, ellos se mantuvieran recogidos en una sala que nos habían cedido, para no compararse con los otros participantes y así aprovechar a calentar vocalmente (soy de la opinión de mostrar compañerismo cuando se realizan conciertos en conjunto, pero en este caso se trataba de una competición, al fin y al cabo).

Nuestra actuación salió muy bien, superando mis expectativas. Mostré ese entusiasmo a la salida del grupo del escenario, felicitándolos uno a uno. La tarea y el sacrificio de tantos meses había dado sus frutos. No sabíamos aun el resultado, pero yo (y creo que ellos también) estaba satisfecho y orgulloso de ellos.

Al igual que es necesario que corrijas y guíes con firmeza el trabajo del grupo, también es necesario que reconozcas sus virtudes y les felicites por cada resultado obtenido.

La noche se cerró de la mejor manera al ganar el certamen. La alegría nos empapó a todos y los ojos brillantes de los componentes eran prueba de ello. Parece un tópico, pero yo ya estaba satisfecho con el mero hecho de haber montado ese repertorio tan exigente y haber hecho una actuación muy buena. Aun así, que se reconozca el trabajo realizado siempre sienta bien.

Aquí te dejo el vídeo de nuestra interpretación de la obra obligada del certamen.

Tras esta reciente experiencia, el compromiso de los cantores aumentó y planteamos nuevos retos futuros, algunos muy ambiciosos, como el que te contaré en los siguientes posts.

Resumiendo: sueña, haz soñar, trabaja y fórmate, y algún día… quién sabe. El propio camino a recorrer puede ser de lo más gratificante.

¡Hasta la próxima entrada!

Miguel Rodriguez

Director, divulgador musical y pianista.