Son innumerables los aportes existentes a la biografía de Mozart. No obstante, el post de hoy trata sobre dos ejemplos humorísticos que el compositor plasmó en su música. Antes de nada, vamos a ubicarnos bien…
Breve reseña de su vida
Cuando se habla de Mozart nos viene a la cabeza su genialidad. Fue niño prodigio y en su corta vida compuso más de 600 obras.
Se introdujo en el mundo de la música de la mano de su padre, Leopold. Vivían en Salzburgo, donde el pequeño Wolfgang asistía con atención a las clases que su padre daba a su hermana mayor, Nanneri.
Pronto, su padre comenzó a educarlo musicalmente. A la edad de 4 años, el compositor austriaco ya tocaba el clavecín. Además, podía leer a primera vista, tenía una memoria prodigiosa e improvisaba música con facilidad.
Leopold, orgulloso de su hijo, organizó una gira de conciertos por Europa para exhibir su talento. Recorrieron, cual grupo de rock, Múnich, Mannheim, París, Londres, La Haya, Zúrich… En todos estos viajes, el joven músico conoció y se influenció de los compositores más importantes de la época. A pesar de ello, no tuvo mucha suerte en conseguir empleo.



Cambió varias veces de trabajo por no estar de acuerdo con el salario o por falta de interés, como cuando recibió el nombramiento de organista en Versalles.
Mozar fue un prolífico compositor de óperas y fue precursor del singspiel u ópera alemana, en un momento en el que el italiano era el idioma habitual en la ópera. Generó polémica con una de sus óperas más reconocidas, Las bodas de Fígaro, que sugería la lucha de clases y otros contenidos políticos. A pesar de ello, y con fina ironía, consiguió evitar la censura.
En sus últimos años de vida fue muy productivo, componiendo obras que marcarían la historia de la música, como el Réquiem (del que solo escribió hasta el compás 8 de la Lacrimosa), La flauta mágica o el Concierto para clarinete.Vivió 35 años y 10 meses (1756-1791), pocas personas asistieron a su funeral (que siguió el rito masónico), pero en los tiempos venideros la reputación de Mozart subió como la espuma.
Vamos a por dos pequeñas obras que pasan desapercibidas en los grandes ciclos dedicados al compositor, incluso hoy en día. Ambas son cánones para interpretar vocalmente, en cuya letra podemos apreciar el tono irónico que manejaba muchas veces el compositor.
Difficile Lectu
La primera de ellas, Difficile Lectu, en fa mayor, está escrita para tres cantantes y se cree que la letra sea del propio Mozart. Forma parte de una serie de 10 cánones compuesta en 1788. Esta serie tiene temática seria e incluso religiosa, salvo éste.
La letra está aparentemente en latín, pero el texto no tiene ningún sentido en esta lengua:
“Difficile lectu mihi mars et jonicu difficile”
El humor de este texto radica en un juego de palabras que se produce con la palabra latina jonicu.



Cuando esta palabra se canta rápido y repetidamente, como ocurre en el canon, sus sílabas son responsables de que se oiga una palabra tabú en italiano, que en nuestro idioma nos puede resultar familiar también: cujoni (coglioni en el italiano estándar). Sed mal pensados y acertaréis.
Efectivamente, se trata de un humor escatológico que Mozart presenta de forma seria con la frase en “falso latín”. El canon hace posible esta combinación silábica y repetición. Aquí lo podéis escuchar:
Es sorprendente el cambio de personalidad y de carácter entre dos grandes compositores como son Bach y Mozart. Banalizando un poco, el primero utilizaba en sus frases musicales proporciones áureas, simetría, etc.; el segundo, juegos de palabras y humor. Ambos con una inteligencia única.
Leck Mich Im Arsch
En este ejemplo que os traigo a continuación, la sutilidad en el texto es nula. Literalmente, la traducción del alemán del título no puede ser más clara: “Lámeme el culo”. Se trata de un canon para 6 voces y se cree que Mozart la hizo para sus amigos, como si se tratara de un meme de la época (a falta de WhatsApp…).
La letra al completo quedaría traducida de la siguiente manera:
Leck mich im Arsch! Laßt uns froh sein! Murren ist vergebens! Knurren, Brummen ist vergebens, ist das wahre Kreuz des Lebens, das Brummen ist vergebens, Knurren, Brummen ist vergebens, vergebens! Drum laßt uns froh und fröhlich, ¡froh sein! | ¡Bésame el culo! ¡Alegrémonos! ¡Quejarse es inútil! Murmullar, mascullar es inútil, es la verdadera miseria de la vida, mascullar es inútil, ¡murmurar, mascullar es inútil, inútil! ¡Así que estemos contentos y felices, alegres! |
Aquí la puedes escuchar:
En su publicación, el título fue censurado y cambiado por el editor a “¡Alegrémonos!”. También existen conjeturas de que Mozart dedicó esta composición al emperador, mostrando su descontento, algo que no se ha podido demostrar.
Cómo veis Mozart era bastante irónico e, incluso, con cierta declinación hacia el humor escatológico. Este tema hizo creer que el compositor padecía síndrome de Tourette, hipótesis que no se ha podido demostrar. De hecho, se cree que este tipo de humor era bastante común en la cultura alemana de la época, representado en su teatro popular.
En resumen, detrás de su genialidad, Mozart tenía una personalidad muy peculiar con un humor muy fuerte. Estos son dos ejemplos muy exagerados, pero su verdadero humor e ironía quedan plasmados en su música y en su correspondencia, pero esto lo hablaremos en otra ocasión.
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