La coral seguía su curso, la formación era constante y ya había roto el hielo de ese primer acercamiento de la música clásica al pueblo. Toda esta experiencia “rural” estaba siendo positiva y, sin forzarla, empezaba a dar sus frutos. La coral, paulatinamente, se fue reconociendo desde fuera como un grupo más estable y yo empezaba a adquirir el sobrenombre de “el pianista”, entre los vecinos (siempre me ha hecho mucha gracia esto, pero visto los motes que se pone la gente…).
PROPUESTAS QUE VAN LLEGANDO
El interés de organizar nuevos conciertos ya no solo surgía de mi persona, sino que estaban siendo reclamados por el ayuntamiento e, incluso, por los miembros de la coral. Esta es la mejor señal de la que puedes ser partícipe como músico. Lo que haces gusta y, poco a poco, se va reconociendo su valor (recuerda que venimos de un entorno no demasiado familiarizado con la clásica).
Es necesario que propongas diversos proyectos en ayuntamientos y entidades, pero también lo es recoger el fruto de la curiosidad que has despertado. Estate abierto a recibir propuestas externas para que cuenten con tus servicios.
Así fue. A dos meses de unas fechas tan señaladas, como es la navidad, recibí una llamada del ayuntamiento proponiéndome realizar un concierto de piano o piano-canto como ya lo había hecho anteriormente. Esta vez el interesado ya estaba predispuesto al alquiler del piano, pues se hizo la otra vez y, sencillamente, quitamos importancia a este punto. Esta es una de las cosas buenas que tienen los segundos contactos… ya conocen un poco tu forma de moverte y tus necesidades logísticas.
Como artista “freelance” tienes que dar lo mejor de ti en cada concierto para que quieran volver a contar contigo y con tu espectáculo. Dejar claro que eres una apuesta segura, aunque cada vez te reinventes.
REINVENTARSE COMO FORMA DE AVANZAR
En esto de reinventarse, es en lo que gasto más tiempo de mi día a día cuando planeo un nuevo concierto o actuación. Tanto es así que, cuando finalmente había quedado con el ayuntamiento en hacer un concierto de piano solista, no dejé de darle vueltas a la idea hasta conseguir una variante que ofreciera al público la música que a mi me gustaba de manera más dosificada.
Contaba en el pueblo con una coral que estaba asentándose progresivamente y una propuesta (la primera experiencia junto a mi amiga cantante) que había resultado muy atractiva a los oyentes. Lo de hacer música de cámara seguía siendo un acierto al que podía recurrir, pero por qué no esta vez buscar una agrupación o, mejor dicho, un compañero diferente. (Si de algo he tenido suerte a lo largo de mis años de carrera, es de haber conocido a músicos y artistas súper valiosos. Algunos, además son grandes amigos que siempre están dispuestos a apuntarse a un “bombardeo”).
- Utiliza recursos que posees y recicla ideas que han sido buenas, siempre y cuando valores si volverían a funcionar en un nuevo contexto.
- Crea una agenda de contactos a los que puedas recurrir para llevar a cabo tus propuestas. No necesariamente tienen que ser amigos, ya que se trata del ámbito profesional, pero si tienes un buen trato con ellos mejor que mejor.
UN CONCIERTO VARIADO
Con estos ingredientes empecé a “cocinar a fuego lento” un nuevo concierto, el cual se iba a dividir en dos mitades claramente diferenciadas:
- La primera parte iba a ser de música de cámara, pero, en este caso, con algo que es menos habitual, incluso en el mundo de la clásica: piano a cuatro manos. Este tipo de dúo siempre suele llamar la atención de los espectadores cuando ven a dos intérpretes sentados ante un mismo teclado haciendo “malabares” para poder acceder a tocar las teclas que la obra requiere. Por aquel entonces, en el dúo de piano a cuatro manos no manejábamos un amplio repertorio, por lo que tuvimos que alternarlo con un par de obras de piano solista.



- La segunda parte consistiría en una pequeña actuación del coro, esta vez aprovechando los recursos con los que contábamos en el escenario (piano y batería). Esto de introducir partes y acompañamientos instrumentales en los conciertos del coro lo he ido trabajando durante todos estos años y os lo contaré con más detalle en los posts venideros. El repertorio de esta parte sería más actual, incluyendo temas pop y alguna banda sonora.



El concierto en su conjunto tenía esa variedad que buscaba y me permitía tener al público receptivo durante su transcurso. Piensa que la novedad siempre mantiene activa la atención, incluso si el concierto se hace más largo de lo normal. Con esta variedad, la sensación es que el concierto dura mucho menos.
En este aspecto la idea había funcionado. No obstante, si nos metemos a indagar el “¿para qué?” del espectáculo, seguramente no salgamos del primer objetivo que he mencionado antes: la variedad y el mantener la atención del público. A nivel artístico la propuesta en su totalidad quedaba inconexa y sin un sentido claro. Habíamos ofrecido unas pequeñas dosis de música clásica y les habíamos permitido conocer una agrupación distinta (piano a cuatro manos), pero incluyendo una actuación coral que poco tenía que ver… corta y pega de toda la vida.
Sé crítico con tus propuestas y con el resultado que generan una vez realizadas porque es la única manera de ir mejorando en la búsqueda de ese espectáculo que funciona y convence.
De todas formas, el público se mostró satisfecho, quedando latente que habían sido receptivos a esas “dosis” de clásica. Esto fue buena señal y parte de un proceso que va avanzando hacia el concierto total de música culta en el pueblo.
APRENDIZAJE DE LA EXPERIENCIA
En los siguientes eventos me propuse hacer espectáculos que mantuvieran la coherencia y que tuvieran un sentido más fijado que transmitir al público. Piensa que, si no se trata más bien de una audición dispersa o de una muestra de variedades.
Conseguir transmitir un “valor” al público no es tarea fácil. Intenta ir desprendiéndote de ideas difusas y complejas. En la sencillez muchas veces está el acierto o, lo que es lo mismo, aférrate al archiconocido “menos es más”.
Como ves, no todo va a salir como lo tienes pensado o va a quedar tan bien como parecía en tu cabeza. Sin embargo, estas pruebas y experiencias no son en balde, ya que a base del “prueba-error” el camino a seguir se va a ir acotando.