Llegó el año en el que finalizaba mis estudios de grado superior en el conservatorio. Durante todo ese tiempo había ido realizando experimentos de conciertos en mi pueblo combinando diferentes estilos de música e intentando ofrecer al público el repertorio clásico como centro del espectáculo.
Formación de una orquesta de compañeros



Mientras tanto, en el conservatorio pude llevar a cabo una experiencia única que ha sido de las más bonitas que he vivido. Preparé la obra Totentanz de Liszt, dentro de la asignatura Concierto para piano solista, para un recital que consistía en interpretar la obra junto a tu profesor, que te acompañaba en otro piano haciendo la reducción orquestal al instrumento. Sin embargo, conseguí formar una orquesta de compañeros del centro que estaban dispuestos a acompañarme bajo la dirección de un amigo que se estudió la obra conmigo.
Intentar mover un proyecto grande requiere tiempo, ilusión y el compromiso de personas que estén dispuestas a sacarlo adelante. Además, es imprescindible contar con personas preparadas que se encarguen de otros aspectos necesarios e igual de importantes, como era en este caso la dirección de la orquesta y los jefes de cuerda.
Mover a tanta gente no fue tarea fácil y nunca dejaré de estar agradecido por la buena respuesta que tuve por parte de todos los compañeros y amigos que se animaron a participar. Les facilité todo el material necesario y organicé los ensayos reservando aulas del conservatorio. Esto no podía quedar en una única actuación dentro del examen-recital de la asignatura, así que decidí que podíamos explotar la idea fijando un concierto benéfico en otro auditorio. La idea fue respaldada y pudimos hacer realidad los dos conciertos.
Una buena forma de aprovechar un proyecto grande que has promovido es llevarlo a diferentes escenarios. Busca opciones como conciertos benéficos, didácticos o presentando la propuesta a otras entidades para ello.
Estaba claro que un evento con tal cantidad de personas comprometidas funcionaría hasta en los pueblos más remotos. Aun así, por temas logísticos y de desplazamiento del personal, no podía llevar dicho concierto a mi pueblo, por lo que descarté la idea de generar un gran proyecto para más adelante, planteando el contexto donde quería llevarlo a cabo y sus limitaciones técnicas. Más adelante, en un próximo post, te contaré como organizar uno que atienda a las necesidades del lugar donde se quiere realizar el concierto.
NUEVAS FORMAS DE CONCIERTO
Esta experiencia que te he contado aumentó mis ganas de organizar un concierto que moviera a muchas más personas dentro de mi pueblo.
Nuevamente, el ayuntamiento se puso en contacto conmigo para proponerme hacer un recital de piano en fechas navideñas. Quizás habría sido el momento de lanzarse a preparar un repertorio únicamente de piano solista, pero la idea que te acabo de comentar seguía rondando en mi cabeza.
Aún no sabía como reunir a gente muy diversa para la realización de un proyecto común, así que barajé las posibilidades con las que cuenta el pueblo. Allí tenemos varias asociaciones culturales como grupos de teatro, de baile, de flamenco, de lectura… Todo esto se podría aprovechar para intentar llevar a cabo dicho proyecto.
Pensé que un espectáculo que funciona muy bien mezclando diversas ramas artísticas es el musical. Solo hay que fijarse en lo asiduos que son algunos de estos musicales en las grandes ciudades debido al éxito que acarrean y a la gran cantidad de gente que atraen.
Los musicales cuentan con un elenco enorme rodeado de técnicos y especialistas de todo tipo. Generalmente cuentan con una orquesta que va interpretando la música en directo para acompañar a los solistas (digamos que es una versión actual a la ópera, marcando las distancias, por favor).
Lo de poder manejar una orquesta en el pueblo no era viable y contratar una habría sido imposible para poder realizar todos los ensayos correctamente y con calma, pero cambiar el enfoque de ese concepto de musical sería la clave para poder hacerlo.
La música podría efectuarse con el piano solista y de esta manera aprovechar la propuesta inicial del ayuntamiento. No obstante, al tratarse de una “especie de musical”, el espectáculo tendría que contener una historia que tuviera sentido y que atrajera al público. Esta historia no tendría que ser cantada por solistas si se hiciera de forma teatral, bien por diálogos, o bien mediante un narrador a lo Pedro y el lobo de Prokofiev. Esta segunda opción me pareció más apropiada para poder hacerla con las posibilidades que tenía al alcance.
Consistiría en escribir una historia para que, mientras se narrara, el piano la acompañara con diferentes obras. Por supuesto, podría haber planteado componer obras originales para piano y así crear un espectáculo completamente nuevo, pero de esta forma no cumpliría mi objetivo de seguir acercando música clásica al entorno rural.
TEATRO MUSICAL
Aposté por esta idea y me dispuse a escribir la historia. Centré el libreto en un personaje, Modest, que era un pianista decepcionado con su vida, el cual trabajaba en un lúgubre bar tocando el piano. Éste, observaba a los clientes y, mientras tocaba obras de los grandes compositores, evocaba momentos de su vida, algunos felices y otros tristes.



De esta forma, yo interpretaba el papel de Modest, mientras un narrador describía sus pensamientos e inquietudes que le surgían al tocar obras de Bach, Rachmaninov, Chopin, Mozart, Beethoven… Sin embargo, recuerda que mi idea del proyecto consistía en hacer un espectáculo con muchas personas. En cuanto tuve la historia clara contacté con los diversos grupos del pueblo y conseguí reunir un elenco de actores, dos bailarinas y ayuda técnica de regiduría, atrezo, luces y sonido. Gracias a todas estas personas que se animaron a participar desinteresadamente y a la experiencia de la directora de teatro local, el proyecto se hizo realidad.
Finalmente, este nuevo concierto enmarcado en el “teatro-musical” se representó en la casa de la cultura local. Los actores dieron vida a las evocaciones de Modest, mientras éste tocaba el piano. Todas las escenas eran mudas, únicamente con las obras clásicas de fondo y la tenue voz del narrador. La experiencia fue única, mostrando a los vecinos una obra en la que toda la música que oían era clásica, a la vez que sugería imágenes asociables a cada pieza.
RESULTADOS DEL EXPERIMENTO
Quizás, la representación hizo que la música de piano no quedara en el plano principal y esta es una cuestión que luego abordó a mi pensamiento, pero como paso inicial de variar el concierto habitual había cumplido las expectativas. En la narración siempre introduje los nombres de las obras que se interpretaban al piano, así como su respectivo compositor (se trataba de culturizar lo máximo posible).
Por sacar críticas, la historia cubría unos 40 minutos aproximadamente, así que la segunda parte fue menos coherente con la idea y se centró más en un concierto de piano solista. La obra Cuadros de una exposición de Mussorgsky fue el centro de esta parte, donde se mostraba lo que años más tarde le pasaría a Modest. En esta ocasión recurrí a proyectar los cuadros pictóricos en los que el compositor se basó para crear dicha obra.
Resumiendo, fue un espectáculo donde música, teatro, narración, baile e imagen, se unieron para conseguir un concierto diferente… ¡Y tanto que lo fue! Las impresiones del público fueron de lo más variopintas. A algunos, como teatro se les había quedado “pobre”, mientras que, a otros, como concierto de piano se les había quedado escaso. Quizás faltó recalcar la idea que quería trasmitir. Al fin y al cabo, era un concierto de piano con una ayuda visual, mediante imágenes representadas por actores, que ayudaba a plantear algunas emociones para que el público se sintiera identificado y empatizara más con las piezas instrumentales. Esto, desde luego, me hace seguir explorando nuevas opciones con las que conectar con la gente.
Algunos puntos que te aconsejo probar en esta búsqueda de un nuevo concierto son:
- Puedes incorporar en un mismo evento diferentes artes conectándolos bajo una historia común.
- El pueblo es un buen lugar donde explorar nuevas opciones, además de tener más fácil conseguir contactos y ayuda de gente cercana. Esos grandes proyectos son, aquí, más asequibles.
- Baraja los medios de los que dispones y recurre a grupos culturales ya existentes en la localidad. Piensa que esto traerá más público a tu espectáculo.
- Lánzate a escribir historias o, sencillamente, a confeccionar diferentes programas y propuestas de concierto. No tengas miedo si nunca lo has hecho, siempre hay una primera vez.
Hasta aquí la experiencia arriesgada que lleve a cabo a partir de una propuesta sencilla del ayuntamiento y que desembocó en la creación de un espectáculo diferente. Espero que te pueda animar a probar cosas nuevas. Si te interesa conocer de primera mano el libreto de teatro musical (a la que titulamos Cruzando desiertos de tiempo), así como ver el video de dicha actuación, no dudes en dejarme tus comentarios y opiniones.
¡Hasta el próximo post!